Denominada así por haber sido en varios sentidos residencia de los
intelectuales argentinos, toda la manzana ha sido declarada Monumento
Histórico Nacional. En ella se destacan varios establecimientos de
importancia significativa para el desarrollo intelectual y cultural del
país en su etapa de despertar, así como construcciones pertenecientes a
diversas épocas y estilos arquitectónicos. Procuraduría de las Misiones;
casas virreinales de renta; Colegio Nacional de Buenos Aires; Mercado
de artesanías; Iglesia de San Ignacio; son algunos de los sitios que
pueden visitarse, recorrerse y conocerse en las inmediaciones de la
Manzana de las Luces, dejándose invadir por la seriedad y las ansias de
estudio que antiguamente dominaban el ambiente.
También pueden realizarse visitas guiadas a los túneles que atraviesan
el área desde tiempos antiguos, conectando subterráneamente a
determinados edificios.
Se encuentra entre las calles Perú, Alsina, Bolívar y Moreno (Bº Monserrat).
El periódico El Argos, de Buenos Aires, el 1 de septiembre de 1821, propuso que Manzana de las Luces,
o cualquier otro título que signifique lo mismo, debía dárselo a la
manzana en que estaba situado el famoso "Templo de San Ignacio”, en una
nota que enumeraba las instituciones que funcionaban en el predio y que
con los años sumarían 44. Dicho nombre es el utilizado hasta hoy en día.Se llama así porque significa "Manzana de las Ideas" luces es igual a
ideas porque allí se fueron haciendo muchas ideas históricas.
La primera misión jesuitica llegó a Buenos Aires en 1608, estableciéndose en lo que actualmente es la mitad oriental de la actual Plaza de Mayo, llamada Plaza de la Victoria, junto al Fuerte de Buenos Aires. Pero en 1661 se temían ataques de corsarios
a la ciudad, y por motivos estratégicos, los jesuitas debían
trasladarse. Fue entonces que Isabel de Carvajal, viuda y sin hijos,
donó el solar ubicado entre las actuales calles de Perú, Bolívar, Alsina
y Moreno para que se establecieran en él.
La construcción de la Iglesia de San Ignacio comenzó en 1686, según los planos del arquitecto Juan Kraus S.J. Al morir Kraus, otros arquitectos jesuitas europeos se encargaron de las obras, siendo inaugurada en 1722 y consagrada en 1734.Esas paredes están hechas a mano y compuestas por ladrillos y adobe.
El 20 de agosto de 1662 decide trasladarse a la manzana el Colegio de San Ignacio, que se encontraba provisionalmente en otro edificio. En 1710 el arquitecto Kraus diseña el Claustro del Colegio e inicia la obra, terminada en 1729.
Cumpliendo lo ordenado por la Real Cédula de Expulsión, dada por Carlos
III de España, la Compañía de Jesús debió alejarse de Buenos Aires el 3
de julio de 1767, por lo que en 1772 se inaugura el Real Colegio de San Carlos, rebautizado en 1783 como Colegio Convictorio Carolino, donde en la actualidad funciona el Colegio Nacional de Buenos Aires.
En 1730, los jesuitas también construyeron la Procuraduría de las
Misiones, en la actual esquina de Perú y Alsina, cuyos planos son
atribuidos al arquitecto jesuita Juan Bautista Prímoli. La Procuraduría se encargaba de administrar los beneficios comerciales que tenía la Misión, así también el alojamiento de los indígenas
de las reducciones que venían para realizar diferentes tareas. En el
edificio había una escuela y la botica o farmacia, ubicadas en el sector
norte, así como depósitos y aposentos, ubicados en los sectores oeste y
sur.
Debido a la ya citada orden dada por Carlos III, los jesuitas se retiraron en 1767,
pero durante la época del virreinato también se realizaron
construcciones. En lo que era la ranchería del Colegio, frente a la
Manzana, se construyó el primer teatro de Buenos Aires, dándole un gran impulso cultural a la ciudad. Usando algunas aulas del antiguo colegio se inauguró el Real Colegio San Carlos, comenzó a funcionar la Real Imprenta de Niños Expósitosr,
se fundó el Protomedicato en el sector de la ex-Procuraduría jesuítica y
en la vieja huerta del colegio se construyeron cinco casas de alquiler.
El Tribunal del Protomedicato fue puesto en funcionamiento en el virreinato en 1780, y la sede del tribunal fue la antigua Procuraduría de las Misiones.
Las casas de alquiler fueron construidas en la antigua huerta del
colegio, en la esquina de las calles Perú y Moreno. Su construcción
estuvo a cargo del arquitecto portugués José Custodio de Sáa y Faría
y comenzó en 1782. En los bajos de esas casas el virrey ordenó la
construcción de treinta y cuatro calabozos para alojar a los sublevados
de Oruro.
A lo largo del siglo XIX, esos edificios fueron sede de: Archivo
General, del Tribunal de Cuentas, de la Biblioteca Pública, de la
Administración de la Vacuna, del Departamento de Escuelas, del
Departamento Topográfico, del Banco de la Provincia de Buenos Aires, del Juzgado de Comercio, de la Escribanía General de Gobierno, de la Aduana de Buenos Aires, del diario "La Prensa", del Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires, de la Academia Nacional de la Historia, y de las Facultades de Ciencias Exactas y de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires.
La Real Imprenta de Niños Expósitos se llamó así porque parte de las ganancias se utilizaban para ayudar a la Casa de Niños Expósitos. En 1780 el virrey Juan José de Vértiz y Salcedo instaló la imprenta en la intersección de las actuales calles Perú y Moreno, pero fue mudada en 1783 a la esquina de Perú y Alsina, donde funcionó por más de cuarenta años
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